Al referirme con segundo intento, me refiero a los
remakes o segundas partes de películas, que terminan estando de sobra y quedan
en las sombras opacadas por el brillo de la película original.
Siempre que siento la noticia de que algún director se le
ocurre llevar a cabo alguna de estas cosas, yo temo. Ya que la mayoría de las veces
termia siendo peor para él prestigio de la película.
Para explicarme mejor voy a comentar dos casos que este
año me generaron piel de gallina. La segunda parte de Beetlejuice y Trainspotting,
dos de mis películas favoritas, también muy aclamadas por el publico; supuestamente
tendrán en los próximos años el estreno de sus segundas partes. En mi opinión totalmente
innecesarias, tanto por el tiempo transcurrido y por lo insuperables que cada
una son.
En remakes tenemos a Carrie, esta película que dio su
debut en 1976 dirigida por Brian
De Palma; el año pasado salió en los cines la nueva adaptación de parte
de la directora Kimberly Peirce. Un fracaso total en mi opinión.
No encuentro la necesidad de perturbar la excelente reputación
de películas inmejorables. Admiro la valentía de estos directores que intentan
lograrlo. Pero la opinión pública es más valiosa y creo que muchos compartirán mi
opinión acerca de este tema.